El coloreado del dibujo centrado o, mandala por sí solo, ya ofrece beneficios: mejora la concentración y ayuda a relajarnos y centrarnos, lo cual es interesante para los adultos y también para los niños.
Pero la pedagogía del dibujo centrado va más allá: enfocados en el tema sobre el que queremos profundizar, se interpreta qué significan los colores y los símbolos, la dinámica de creación y el material utilizado para ello, además del proceso de escritura que le acompaña. Se consigue así exteriorizar aquello que necesitamos hacer consciente, visualizarlo con la distancia necesaria para gestionarlo, para generar nuevos programas mentales. Es como vernos desde fuera.